Florencia: Más Allá del David de Miguel Ángel

Florencia, Italia, es una ciudad que rebosa arte, historia y cultura. Cuna del Renacimiento, nos regala obras maestras como el David de Miguel Ángel, la Galería Uffizi y el Ponte Vecchio. Pero, entre tanta belleza icónica, se esconden peculiaridades que sorprenden y deleitan a partes iguales.

Hoy, quiero hablarles de una de mis favoritas: las "buchette del vino", o "ventanitas de vino".

Imagina caminar por una calle florentina y encontrarte con un pequeño agujero rectangular en la pared de un palacio. No es una entrada secreta ni una decoración extravagante. ¡Es una ventana de vino!

Estas diminutas aberturas, apenas lo suficientemente grandes para pasar una copa, datan del siglo XVI. En aquella época, las familias nobles de Florencia producían vino en sus bodegas y, para evitar el contacto con los vendedores ambulantes (y las posibles enfermedades), vendían su excedente directamente al público a través de estas ventanitas.

El cliente llamaba a la puerta, el vendedor asomaba la cabeza por la ventana, se realizaba el intercambio de copa por dinero... ¡y listo! Un negocio redondo, sin necesidad de salir de casa.

Algunas de estas buchette se utilizaron también para distribuir comida y otros productos. Incluso se cuenta que, durante la peste de 1630, se usaban para vender vino a los sedientos florentinos, que pagaban con monedas desinfectadas con vinagre, ¡todo sin contacto directo!

Hoy en día, muchas de estas ventanas han desaparecido, tapiadas por el paso del tiempo o integradas en las fachadas de los edificios. Pero algunas afortunadas han sido restauradas y han vuelto a la vida.

En mi reciente visita a Florencia, me dediqué a buscar estas curiosidades históricas. Y para mi sorpresa, ¡encontré varias en pleno funcionamiento! Algunos bares y restaurantes las han recuperado para servir vino, aperitivos e incluso café, directamente a la calle.

Imagínate la escena: pides un Chianti, el camarero te lo sirve a través de una diminuta ventana centenaria, y te lo tomas allí mismo, apoyado en la pared del palacio, sintiéndote parte de la historia de la ciudad.

Las buchette del vino son un símbolo de la inventiva florentina, de su capacidad para adaptarse a las circunstancias y de su amor por el buen vino. Son una peculiaridad que nos conecta con el pasado de la ciudad y nos regala una experiencia única y auténtica.

Así que, la próxima vez que visites Florencia, no te limites a admirar sus monumentos más famosos. ¡Sal a la caza de las buchette del vino! Te aseguro que descubrirás una faceta fascinante de esta ciudad inolvidable.

¿Conocías la historia de las ventanas de vino? ¿Te gustaría encontrar una en tu próximo viaje a Florencia? ¡Cuéntame en los comentarios!

9 de mayo 2025

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