Descorchando Oporto: Curiosidades que no Caben en la Guía
Déjame contarte lo que sé de esta ciudad tan peculiar. Para empezar, los que viven ahí, tienen un apodo curioso: "tripeiros", comedores de tripas. ¿Te imaginas? Todo viene de una historia antigua, cuando la gente de ahí dió toda la carne buena para los barcos que iban a Ceuta, ¡y se quedaron sólo con las tripas! Pero oye, aprendieron a cocinarlas de maravilla, y las "Tripas à Moda do Porto" son un plato que tienes que probar si vas.
Luego está esa librería, la Lello. ¡Es como de cuento! Con esa escalera roja que parece moverse sola... dicen que a una escritora famosa, la de Harry Potter, le dio ideas mientras vivía aquí. Aunque ella nunca lo ha dicho del todo, cuando estás ahí dentro, ¡entiendes por qué!
Y hablando de cosas que parecen de otro mundo, el Puente Don Luis I. Es enorme, de hierro, con dos pisos. Mucha gente piensa que lo hizo el mismo señor de la Torre Eiffel, pero no, fue uno de sus alumnos. ¡Menudo trabajazo hicieron para construirlo! Es un símbolo de nuestra ciudad, sin duda.
¿Sabías que tienen una calle súper cortita? La Rua Afonso Martins Alho. Apenas unos pasos. Y el nombre viene de un comerciante famoso de ahí, tan listo que decían que era "fino como el ajo". ¡Qué curioso!
Y si alguna vez tienes que tomar un tren, o aunque no lo tengas que hacer, acércate a la estación de São Bento. ¡Es una pasada! Las paredes están llenas de azulejos antiguos que cuentan la historia de Portugal. Te puedes pasar un buen rato mirándolos.
Ah, y no te vayas de Oporto sin probar la "francesinha". Es un sándwich... bueno, no es un sándwich cualquiera. Lleva de todo: carne, salchichas, queso fundido por encima y una salsa secreta un poco picante. Dicen que un señor que volvió de Francia se inventó algo parecido y ahí lo hicieron suyo. ¡Te deja lleno, eh!
Y por último, hasta el nombre de la ciudad tiene su miga. "Porto" significa puerto, claro. Pero dicen que los ingleses, cuando venían a comerciar, decían "the port", y de ahí acabó saliendo "Oporto" en muchos idiomas.
¿Ves? Oporto no es solo vino y puentes bonitos. Tiene un montón de historias escondidas en cada rincón. ¡Es una ciudad que siempre tiene algo nuevo que contarte!